La mayor parte de la población tiene comportamientos repetitivos u obsesivos en algún momento de su vida, lo que coloquialmente conocemos como «manías», pero es importante distinguir lo que son las manías de lo que puede ser un Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Todos en algún momento hemos vuelto dónde habíamos aparcado el coche para comprobar si está o no cerrado, jugadores de fútbol a veces entran al campo de una determinada manera siempre repetitiva, Rafa Nadal efectúa todo un ritual antes de cualquiera de sus saques, a veces sentimos la necesidad de lavarnos frecuentemente las manos…. y así muchísimas situaciones en las que podemos llegar a pensar que tenemos un TOC. Pues bien, como distinguir lo que realmente es un trastorno de lo que son pequeñas manías. En primer lugar vamos a definir en qué consiste un TOC :
» Simplificando la definición de un TOC, podemos decir que se trata de un trastorno caracterizado por la aparición de obsesiones o compulsiones o ambas cosas. Las obsesiones hacen referencia a pensamientos, imágenes (normalmente negativos y negativas) recurrentes, persistente e indeseadas y que generan en la persona que los padece un gran malestar con síntomas claros de ansiedad, angustia o estrés. Por su parte, las compulsiones hacen referencia a las conductas o rituales que la persona lleva a cabo con el fin de neutralizar o prevenir el malestar provocado por los pensamientos u obsesiones previas e intentar que de éste modo desaparezcan».
Las personas que padecen TOC tienen unas obsesiones y/o compulsiones que consumen mucho tiempo de su día a día, les genera una gran angustia e interfieren en su vida diaria de forma muy significativa.
Cierto es que hay muy pocas diferencias en el contenido de los pensamientos entre la población general y la gente que acude a consulta a causa de sus pensamientos obsesivos. Las diferencias yacen en la frecuencia de los pensamientos, su duración, el malestar producido, la importancia que la persona da a los mismos y el esfuerzo empleado por el sujeto para enfrentarse a ellos. Los pensamientos invasores extraños constituyen una experiencia normal que en cerca del 2% de la población se convierten en problemáticos y entonces se les denomina obsesiones.
Por tanto, no todas las personas que tienen hábitos o rituales significa que tengan TOC, las personas con TOC no son capaces de controlar sus pensamientos o comportamientos y como ya hemos mencionado anteriormente, pierde gran parte de su tiempo dedicando a neutralizar todos esos pensamientos incontrolables. El TOC es un problema grave y muy incapacitante por lo que no deberíamos llamar a cualquier manía un TOC.
La incidencia del TOC en la población general es de un 2% aproximadamente, y en muchas ocasiones existe concurrencia con otros trastornos, en el caso del TOC esta concurrencia suele ser con la depresión (50-60%).
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