La realidad actual, nos lleva a hablar de una gran diversidad familiar, y dentro de esta diversidad familiar, es inevitable hacer referencia al divorcio o separación. El concepto de familia ha evolucionado a lo largo de los años, hoy en día las parejas que no están bien entre ellas son capaces de tomar decisiones como separarse o divorciarse, decisiones que en muchas ocasiones se hacen realmente difíciles por el hecho de tener hijos en común, pero sin embargo cuando una pareja no está bien y ya ha intentado solventar sus diferencias sin éxito y decide mantenerse unida por los hijos están cometiendo en realidad un error. Los niños son niños, pero esto no significa que no se den cuenta de todo lo que sucede a su alrededor, y un mal ambiente familiar, las discusiones que ello conlleva y el clima general de malestar, tendrá seguramente mayores repercusiones en los hijos que una separación o divorcio a tiempo.
A continuación queremos hablaros de algunos puntos clave para enfrentaros a esta situación ante los más pequeños de la casa.
Siempre partiendo de la base que no va a ser una situación agradable ni mucho menos, debemos hacerlo lo mejor que podamos y por ello es importante tener en cuenta los siguientes puntos:
- La importancia del momento y del lugar: la información siempre que sea posible debe ser transmitida con ambos progenitores presentes y una vez la decisión haya sido tomada lo transmitiremos a los hijos lo antes posible para facilitar el proceso de adaptación. Debemos intentar buscar un lugar tranquilo y con tiempo suficiente para poder conversar con calma sobre todas las preguntas que quieran hacernos los niños.
- La importancia del lenguaje: intentaremos siempre transmitir la información con tranquilidad, serenos y con mensajes cortos y sencillos para que puedan entenderlo, adaptando nuestro lenguaje a la edad de cada niño/a, a su madurez y a su temperamento. Debe quedar claro que es una decisión que no tiene vuelta atrás, para no dejar esperanza alguna en el niño/a de que la situación pueda solucionarse de otra forma y facilitar que inicie cuanto antes la aceptación de la situación.
- La importancia de no implicar a los hijos en el conflicto: siempre deberemos evitar que los hijos se encuentren inmersos en el conflicto de pareja, los padres tienen que ser capaces de distinguir entre su rol de pareja y el de padres o familia. Por ello evitaremos cualquier tipo de información que culpabilice a cualquiera de las partes y evitaremos críticas hacia el otro progenitor.
- La importancia de resolver sus dudas: siempre que sea posible intentaremos fomentar el diálogo y la expresión de las emociones ante la situación comunicada, dejando las puertas abiertas a cualquier pregunta, duda que les surja en cualquier momento, fomentando así la seguridad del menor.
Una vez la separación o divorcio se lleve a cabo, hay unas consideraciones a tener presente:
- En la medida de lo posible intentaremos mantener las rutinas de los niños, para evitar que haya más cambios en su vida.
- Evita utilizar a los hijos de mensajeros, si la relación con la ex pareja es difícil utilizaremos cualquier otra persona para comunicarnos pero nunca los hijos.
- Evita fabular sobre las ventajas del divorcio con frases tipo «Ahora tendrás dos casas, va a ser divertido…», un divorcio o separación nunca va a ser percibido como algo beneficioso.
- Siempre que sea posible facilitar el contacto constante con ambos progenitores.
- Intentar que las pautas de crianza sean las mismas en ambos hogares, manteniendo las mismas normas y rutinas en ambos lugares.
- Observar la evolución del niño/a ante la nueva situación y mantener contacto con la escuela y personas cercanas al niño/a. En caso de observar cambios en el estado de ánimo y en la conducta de forma prolongada solicitar ayuda de un profesional para gestionar la situación.
Evidentemente, cada familia es un mundo y cada caso debe ser tratado en base a sus propias peculiaridades, pero estas son algunas recomendaciones básicas para facilitar el proceso a los más pequeños.